
Los autores de este estudio realizaron un ensayo clínico multicéntrico, con 405 pacientes escogidos aleatoriamente, para "comprobar si la prescripción diferida de antibióticos podría ser una estrategia que ayude al consumo racional de estos fármacos". El informe destaca que "en las estrategias diferidas, los pacientes presentaron síntomas con una severidad y una duración ligeramente mayor pero clínicamente similar a los de la prescripción inmediata, y además mostraron una reducción drástica (de más del 60 por ciento) del consumo de antibióticos en comparación con estos últimos".
Uso prudente de antibióticos
El estudio, según el Sermas, contribuye a fomentar el uso prudente de antibióticos y demuestra que "esta pauta de prescripción puede disminuir el uso no justificado de antibióticos contribuyendo a su mejor uso; además facilita su acceso caso de necesidad, implicando al paciente en la toma de decisiones. Asimismo, no se observaron aumento de complicaciones infecciosas ni un peor control de los síntomas".En este sentido, desde la Comunidad de Madrid señalan que "la prescripción diferida también contribuye a concienciar sobre el escaso valor que puede tener el uso de antibióticos en algunas infecciones frecuentes, en muchos casos sin necesidad de tratamiento. Además, contribuye a cambiar la percepción del paciente sobre la utilidad y necesidad de los antibióticos".
El proyecto fue liderado por el investigador del Instituto de Investigación Biomédico San Pablo de Barcelona, Pablo Alonso, y llevado a cabo conjuntamente con médicos de familia de Atención Primaria de 23 centros de salud de cuatro comunidades autónomas (Cataluña, Madrid, País Vasco y Navarra).