"El objetivo de la jornada ha sido poner al día los conocimientos que se han generado en los últimos meses en el campo de la anticoagulación", explica el Dr. Manuel Monreal Bosch, Presidente de FUENTE, que añade: "Para ello se han expuesto los avances en el terreno de la profilaxis y el tratamiento de la enfermedad tromboembólica venosa, en la anticoagulación de los pacientes con fibrilación auricular y en el manejo de los pacientes que sangran mientras reciben tratamiento anticoagulante. Todo ello fomentando la interacción con una audiencia formada por especialistas en el tema de diversas especialidades médicas y quirúrgicas".
Tromboembolismo venoso: una de las principales causas de mortalidad
Aunque durante el encuentro se profundizó en diversos temas como la anticoagulación en angiología y cirugía vascular o el tratamiento de la fibrilación auricular, en esta cuarta edición se prestó especial atención al tromboembolismo venoso (TEV).
El TEV supone una preocupación creciente para los sistemas sanitarios pues a su alta prevalencia (1,5 millones de casos al año en Europa y entre 1 y 2 casos por cada 1.000 habitantes al año en España), hay que unirle que las previsiones estiman que el número de casos se duplicará de aquí a 2050 por el envejecimiento de la población. Un 30% de la población con TEV muere al mes de ser diagnosticado y cerca del 20% de la población con EP experimenta una muerte súbita. En España, el TEV supone entre el 3 y el 5 por ciento de la mortalidad general.
Mayor seguridad de las nuevas terapias anticoagulantes frente al TEV
La jornada incluyó una mesa redonda sobre el tratamiento del TEV que fue retransmitida por streaming, en colaboración con Daiichi Sankyo.
La mesa fue moderada por el Dr. Aitor Ballaz Quincoces, del Servicio de Neumología del Hospital de Galdakao-Usansolo, y la Dra. Remedios Otero Candelera, del Servicio de Neumología del Complejo Hospitalario Virgen del Rocío de Sevilla, y en ella se trataron temas como la duración del tratamiento anticoagulante en TEV y el papel de los antagonistas de la vitamina K y las heparinas de bajo peso molecular en el cuidado de pacientes con TEV sin cáncer.
También se hizo un repaso del papel de los nuevos anticoagulantes en el tratamiento de la enfermedad tromboembólica. "La principal contribución de los nuevos anticoagulantes está en la mayor seguridad. Los pacientes anticoagulados con cualquiera de los nuevos fármacos (dabigatran, rivaroxaban, apixaban o edoxaban) sangran menos que los tratados con anticoagulación convencional, sin perder eficacia", explicó el Dr. Monreal, que añade: "Además, se administran por vía oral sin necesidad de ajustar la dosis a ninguna prueba de laboratorio y no sufren muchas de las interferencias que tienen las antivitaminas K. Eso los hace más cómodos. Pero en mi opinión, la mayor comodidad no justifica por sí sola el mayor coste económico para el sistema sanitario. La mayor seguridad sí".