
Las mediciones ecográficas "evalúan parámetros físicos determinados de los fetos", continúa Merck, que añade que sus investigadores analizaron a más de 15.000 mujeres y 16.000 fetos durante el transcurso del estudio. Los resultados arrojados por el mismo "demuestran cómo este método de cribado prenatal podría detectar casos de espina bífida abierta ya entre las semanas 11 y 13 del embarazo", explica al tiempo que informa de que, "actualmente, el diagnóstico es posible, sobre todo desde la semana 17 a la 23 o más tarde".
A juicio del coordinador de este trabajo, el doctor Wolfgang Henrich, "desafortunadamente, los defectos del tubo neural pueden provocar problemas de salud graves en los niños y su diagnóstico puede tener consecuencias emocionales y físicas importantes para las familias". Ante ello, subraya que los datos obtenidos "demuestran el potencial que tienen los métodos de cribado no invasivos para detectar espina bífida abierta".
"Este estudio pionero ofrecerá a las futuras madres información crucial sobre la salud del feto en una etapa más temprana del embarazo", prosigue el también miembro de la germana Clínica Charité de Berlín. Por su parte, el director Médico de la división Consumer Health de Merck, el doctor Hans Griek, sostiene que es un placer financiar el trabajo de la Clínica Charité. "Esperamos que con él se logre una mayor concienciación en la prevención de los defectos del tubo neural siempre que sea posible, además de poder ofrecer un diagnóstico mejor y más rápido en estos casos", concluye.