En medios del Colegio de Médicos de Madrid (Icomem) no está pasando inadvertido cómo el que, en su día fuera nombrado director general (a 150.000 euros de retribución) y hoy asesor áulico de no se sabe quién (con sueldo de jefe de servicio), llega a la sede institucional y desayuna -según los observadores- a cuenta de la institución. Y lo más curioso son las cenas que, concluida la jornada, realiza acompañado de una alta representante del Icomem y cuyas facturas parece que también se cargan a la cuenta del colegio.
