Un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), integrado por cuatro artículos y publicado en la revista The Lancet, refleja que más de una tercera parte de los países con ingresos bajos y medianos presentaban formas superpuestas de malnutrición (45 de 123 países en la década de 1990 y 48 de 126 países en la década de 2010), especialmente en África subsahariana, Asia meridional y oriental y el Pacífico.
Por este motivo, dicho organismo resalta que "se necesita un nuevo planteamiento para contribuir a reducir simultáneamente la desnutrición y la obesidad, ya que ambos problemas están cada vez más conectados entre sí debido a los cambios vertiginosos registrados en los sistemas alimentarios de los países".
"Nos enfrentamos a una nueva realidad nutricional", afirma el director del Departamento de Nutrición para la Salud y el Desarrollo de la OMS y autor principal del informe, el doctor Francesco Branca, que señala que "ya no podemos clasificar a los países en dos categorías: países de ingresos bajos y con problemas de subalimentación, y países de ingresos altos y afectados solamente por la obesidad. Todas las formas de malnutrición tienen un denominador común: sistemas alimentarios que no pueden ofrecer a todas las personas una alimentación saludable, inocua, asequible y sostenible. Para cambiar esto se requieren medidas en todas las etapas de los sistemas alimentarios".
Más de un tercio de países de ingresos bajos y medianos afrontan los dos extremos de malnutrición
Según los datos de un nuevo informe de la OMS
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